Dra. Paula A. Ribas
Los perros al igual que los humanos, pueden sufrir enfermedades cardíacas de dos tipos:
Congénitas: son por problemas en el desarrollo embrionario del corazón, como por ejemplo comunicaciones interventriculares o interauriculares, fallas de conformación de válvulas, etc.
Los síntomas de estas enfermedades suelen aparecer antes del primer año de vida.
En general son de pronóstico reservado y algunas, diagnosticadas tempranamente, pueden tener un pronóstico favorable con resolución quirúrgica.
Adquiridas: son las que aparecen en el transcurso de la vida del animal y son mucho más habituales que las congénitas. Llegan a representar el 90% de las enfermedades cardíacas observadas en medicina veterinaria.
La frecuencia de las enfermedades cardíacas adquiridas se incrementa con la edad, y se dan mayormente en animales de más de cinco años o en razas gigantes un poco antes también.
La forma más habitual de enfermedad cardíaca en los perros es la afección de válvulas, la cual tarde o temprano lleva a nuestra mascota a un grado de insuficiencia cardiaca.
Los pacientes con enfermedad cardíaca pueden presentar signos tales como: pérdida de peso o dificultad para ganar peso, intolerancia al ejercicio, dificultad respiratoria, tos y síncopes.
En otros casos estas enfermedades cursan sin dar ningún signo evidente para el propietario del ejemplar, por lo tanto, cuando éste es sometido a alguna situación extrema, puede morir de manera súbita.
Por eso es muy importante la consulta regular con un profesional veterinario ya que éste puede notar los primeros indicios de una enfermedad cardíaca (no evidentes para el propietario) tales como soplos, arritmias, frecuencias cardíacas bajas o altas, déficit de pulso, ruidos pulmonares etc.
Ante la presencia de estos signos, se deben realizar estudios específicos para evaluar la funcionalidad cardíaca.
Una situación en la cual es relevante la evaluación cardiológica es en los perros que son sometidos a ejercicios intensos, ya sea por trabajo o deporte, es importante que sean sometidos a una evaluación cardiológica ya que tienen mayores probabilidades de muerte súbita si tienen una patología cardíaca que no ha sido detectada y tratada correctamente.
En los perros de más de 7 años la evaluación cardiológica es importante ya que son considerados adultos mayores en los cuales aumentan las posibilidades de fallas cardíacas y un diagnóstico precoz le dará a la mascota un mejor pronóstico y una mejor calidad de vida a largo plazo.
Por último, es de suma importancia la evaluación cardiológica en perros que deben ser sometidos a procedimientos anestésicos totales.
Esto permite al anestesista evaluar cada caso en particular y formular un protocolo adecuado para cada paciente y evitar la muerte durante la anestesia.
Los estudios complementarios específicos en cardiología son:
Radiografía de tórax: permite evaluar el pulmón, órgano que habitualmente está comprometido en las patologías cardíacas, y dar una idea de la silueta cardíaca.
Electrocardiograma: útil para evaluar el ritmo del corazón y así detectar arritmias cardíacas y en algunos trazados pueden verse alteraciones en las ondas asociados a cambios de tamaño en las cámaras cardíacas.
Ecografía cardíaca: con la cual se puede evaluar el corazón en su totalidad, y determinar capacidad de contracción del musculo cardíaco, dimensiones de sus 4 cámaras, espesor de las paredes, funcionalidad y aspecto de las válvulas, presencia de tumores dentro del corazón o en el pericardio, así como la presencia de efusiones en pleura o pericardio, asociadas muchas veces a patologías cardíacas.
Una vez realizada la evaluación cardiológica completa, en caso de presencia de alguna patología cardíaca, se formula un tratamiento adecuado para cada caso en particular. De esta forma le estaremos dando a nuestra mascota, la posibilidad de tener una mejor calidad de vida.