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ENTREVISTA CON JACQUELINE QUIRÓS KUBAT

PASIONES DE UNA VIDA AGITADA

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Jacqueline Quirós Kubat

Pasiones de una vida agitada

Jacqueline Quirós Kubat: Actriz, Handler y Juez All rounder. Nació un 25 de Agosto en la ciudad de Nueva York, es hija de una francesa llamada Geneviève Blanc Pain y un argentino llamado Carlos Quiros. Es la nieta de Herminio Quirós quien fue gobernador de la provincia de Entre Ríos. Fundó el emblemático Criadero Dragonfly reconocido en todo el mundo por sus ejemplares de la raza Whippet.

 

 

¿Cuándo comienza tu amor por los animales?

De chica ya amaba a los animales. Vivíamos en un departamento y no podíamos tener uno, entonces me tenían que llevar al zoológico todos los días y si llovía el destino obligado era el museo de ciencias naturales. Recuerdo que íbamos a cenar a lo de un amigo de mi papá, propietario de un Petit Hotel en Nueva York,  que tenía un Lebrel Afghano y un Grey Hound del cual estaba enamorada y pasaba todo el tiempo con el.

Cuándo nos mudamos a Baltimore, vivíamos en una casa que tenía aproximadamente media hectárea. Para mi octavo cumpleaños mi padre  me regaló un Lebrel Afghano, en ese momento le dije: “Cuándo sea grande voy a ser criadora de Whippets y de Greyhound, voy a ser handler profesional, voy a ser actriz de cine y Cuándo llegue a vieja voy a ser juez”. En ese momento descubrí las exposiciones caninas y como podía empecé a presentar mi Lebrel Afgano.

Un tiempo después nos mudamos a Francia y luego a Japón, donde fui fundadora de la sociedad protectora de animales. Estando allí había fallecido un perro que tenía y mi papa me dijo “Andá y comprate un perro en Estados Unidos”, volví y en lugar de ir a comprarme un perro, conseguí un marido… (Risas)

 

 

Hubo un cambio de planes ¿Qué sucedió entonces?

Con mi marido compramos una casa en Santa Bárbara y lo primero que le dije es que quería un Whippet o un Grey Hound y me respondió con asombro: “ah, esos perros flacos... no, no, no” y después de ponernos de acuerdo tuvimos Weimaraners.

 

 

¿En qué época sucedía todo esto?

Estamos hablando del año 1959 o 1960. Cuándo empecé a presentar a mi Weimaraner en un show conocí a un handler profesional que era escocés, grande, gordo y viejo pero era una gran eminencia. Ahí apareció mi oportunidad de ser handler, entonces empecé mi aprendizaje con Ben Brown que era un handler maravilloso y me dijo: “tienes un talento natural, así que no me preguntes, miráme cuándo yo presento y vas a entender todo lo que tienes que hacer” y era totalmente cierto, porque él hablaba con sus manos, decían: “mucha gente no sabe, así que le tienes que decir con tus manos lo bueno que tienen tus perros”.

 

 

¿Y lograste aprender de esta manera?

Aprendí y tuve clientes muy buenos. Una de ellas era Brint Edwards, criadora del “Rancho Dobe’s Storm”, tuvo un Dobermann que ganó dos veces Mejor de Exposición en Westminster. Después de eso trabajé para una persona que traía Rodesianos de Sudáfrica. En aquel momento era conocida como la handler más chiquita que presentaba los perros más grandes, porque presentaba Gran Daneses,  Borzoi, Afganos, eran todos los perros de mayor tamaño.

 

 

No quedan dudas de que tu vida era muy dinámica

Tenía una casa rodante y viajaba por todo el oeste. Al mismo tiempo trabajaba como traductora, porque en ese tiempo había programas de televisión que traían personas desde Europa para que se encuentren con sus familiares que, como consecuencia de la guerra, habían quedado separados. Trabajar en la televisión me permitió relacionarme con el mundo del cine y fue así que empecé a trabajar en la industria del celuloide y la pantalla grande.

Mi primera película se llamó “Los  Comancheros” con John Wayne, después de eso trabajé con Frank Sinatra y con Marlon Brando.

Cuándo trabaje en “Los  Comancheros”  conocí a un actor indio que se llamaba Lone Eagle. Ahí me empecé a relacionar con los indios y empecé a trabajar con la causa de los indígenas de Estados Unidos, por eso conocí a Marlon Brando que también estaba colaborando activamente con la causa.

En ese momento el gobierno decidió demoler Alcatraz, entonces escribimos pidiendo a los senadores que nos cedan la isla para demoler esos edificios siniestros y hacer un pueblo indio con búfalos, con sus comidas y artesanías tipicas de diferentes tribus. Nuestro proyecto estaba muy bien organizado para que lo visitaran los turistas y el dinero recaudado fuera a las reservas indígenas. Finalmente el gobierno se negó a ceder el predio de la ex carcel y por ese motivo aquel año Marlon Brando no fue a retirar el Oscar que había ganado.

 

 

 ¿Y cómo llegas a la Argentina?

Mi padre empezó bien de abajo trabajando en el consulado de Argentina en New York durante la presidencia de Marcelo T. Alvear, poco a poco hizo carrera hasta llegar a ser Embajador Argentino, fue uno de los pocos que Perón no echó. De sus treinta y siete años de servicio diplomático, treinta transcurrieron en Estados Unidos, donde yo nací y viví toda mi vida. Cuándo me divorcié, como le sucede a mucha gente que tiene perros, llegó el momento de la peor pregunta: ¿O los perros o yo? (risas) Entonces la respuesta fue simple: “cierra la puerta Cuándo te vayas, que no se escapen los perros” (risas).

En ese tiempo mamá y papá ya estaban en Argentina porque él estaba retirado y tenía una galería muy famosa de antigüedades enfrente del Alvear. Como soy hija única, me pidieron que viniera con ellos. Así fue que vine con seis Whippets, un Grey Hound y un afgano.

Cuándo llegué conocí a Fernando Fernández Castro, era un muchacho que criaba Bóxers y tenía un pensionado, entonces mis perros fueron a parar allá, después de eso me compré una casa en Colegiales donde comprobé que en la ciudad no puedo tener perros… (Risas),  estuve muy poco tiempo, hasta que no dio para más, y en 1974 compré esta finca en Talar de Pacheco. No existía aun el celular, ni siquiera había teléfonos. Entonces me instalaron un radio y para poder comunicarme y estaba todo el tiempo: “Dragonfly, Dragonfly”...“cambio y fuera”.

 

 

¿Cuándo nace Dragonfly?

Originalmente, en la época de los Weimaraners, el nombre del criadero era “Atila”.  En 1963 obtuve mi primera Whippet en Estados Unidos al contestar un aviso de una persoona que quería regalar campeones y una perra que tenía un año, nacida el mismo día que yo. Me enamoré de la perra y la bautice “Atila’s Dragonfly Gypsy”.

Como era una perra inglesa tuve que hacer todos los papeles en el American Kennel Club, me dieron noventa días para presentarla. El día ochenta y nueve ganó su campeonato y el día noventa ya tenía todos sus papeles. En aquel entonces la crucé con un perro inglés que fue ganador de Best In Show en Westminster en el año 1964 y fue en ese momento que empezó el criadero “Dragonfly”.

 

 

 ¿Y en qué año te hacen All Rounder?

Creo que habrá sido en el 1973 o 1974. También fui reconocida como All Rounder extranjera en Estados Unidos en 1977, además los americanos me hicieron “abuela”... sonaba terrible. Eso significaba que podía juzgar más de diez exposiciones por año porque, por reglamento, el American Kennel Club no permite juzgar más de diez exposiciones por año a los extranjeros, pero a mí me pusieron como Grandfather.

 

 

¿Cuándo juzgas estás buscando lo que sería ideal para la crianza?

Correcto, es así. Es para lo que fueron criados para ser, según su raza. Hay razas donde no vas a penalizar tanto un mal tren posterior porque no es el problema que tiene esa raza. Por ejemplo hay razas que tienen problemas de temperamento, entonces esos perros que tienen mal temperamento los tengo que penalizar. Hay razas que han mejorado el temperamento pero que se pusieron muy livianos, que tampoco es de la raza, entonces ahí tenes que buscar un perro que más que buen hueso tenga buen temperamento.

 

 

¿Cómo definirías a un verdadero criador?

El verdadero criador es una persona apasionada por su raza que siempre está buscando como puede mejorarla. Nunca hice dinero con los perros, siempre puse plata porque primero me siento responsable por haber traído estos seres al planeta tierra y quiero que vayan con personas que los van a tener hasta el ultimo día de sus vidas. No me gusta vender hembras a personas que van a hacer una fábrica con mis perros.

 

 

 ¿Porqué no seguiste con los Grey Hounds?

Porque tuve dos lechigadas de quince cachorros y tardé dos años en ubicarlas bien. Quería evitar que cayeran en las manos de galgueros que los van a maltratar o dopar para que corran, por eso no críe más la raza y finalmente varios ejemplares se fueron a Brasil. Seguí con los Whippets y Weimaraners y la última que tuve se murió el año pasado con quince años.

 

 

¿Cómo ves la raza Whippet actualmente en el mundo?

Observo que hay mejores hembras que machos, lo mismo sucede en muchas razas, el problema radica en los trenes delanteros. En algunas razas han cambiado el estándar para poder justificar la realidad y no lo que deberían ser. Los Dobermanns y las razas de caza en general son todos muy derechos de adelante. Cuándo un perro es recto de adelante es muy difícil corregirlo, tenés que volver a empezar todo otra vez, pero además de eso, una gran parte del perro está mal, la inserción de cuello está mal, la escápula y el húmero también, entonces lo que sucede es que el codo está por delante de la parte post lumbar, lo que quiere decir que no tiene ante pecho. Lo malo es que muchos de estos perros están ganando.

 

 

¿“Alitas”  (Dragonfly’s Desert Firetail) fue tu mejor ejemplar?

Si, con ella ganamos el ranking All Breeds 2013, mis perros han ganado mucho y han estado en los mejores diez del ranking de todas las razas. Tengo cinco campeones mundiales. El año pasado mandé un perro a Estados Unidos y ganó la raza por segunda vez en Westminster.

Ahora estoy pensando en servir a “Alitas” y quiero hacer un outcross pero tengo mucha dificultad para encontrar a un macho que tenga una buena angulación delantera. Estuve con un perro en Italia que me llenó verdaderamente, le di un Best In Show en la especializada, pero lo malo es que está allá y es muy costoso. Estoy en un problema porque no le encuentro sentido, servir por servir, con cualquier perro. Además de eso el tiempo apremia porque la perra ya tiene siete años, entonces es la última cría.

 

 

 ¿Seguís manteniendo los linajes con los que empezaste?

“Alitas” es la decimo segunda generación por línea materna de mi primera perra inglesa llamada “Gypsy” (Atila’s Dragonfly Gypsy) que crucé con el que ganó Westminster en ese entonces. En el mundo no hay nadie que tenga esa cruza cerca porque aun la persona que trajo el perro de Inglaterra ya falleció, es una línea que se perdió. Pero Cuándo vine a Argentina y traje a mis perros grandes, viejos, también vino “Gypsy” y tuvo crías acá.

 

 

¿Como debe ser, el Whippet?

Es un perro Art Nouveau porque tiene que tener curvas desde la entrada del cuello, después de eso: el pecho, el arco y la angulación trasera. El único ángulo recto que debe tener es el garrón, porque así todo es armonioso. Por esta razón surge el nombre Dragonfly para el criadero, primero por las formas de las lámparas Tiffany Art Nouveau o los muebles Mayoral, todo tenía como emblema el Dragonfly. Además Cuándo ves volar a un Dragonfly, aqui llamadas libélulas, notás que los Whippets tienen mucha similitud en su forma de correr.

 

 

 ¿Qué te regalaron los perros en tu vida?

Las ganas de seguir, el amor de ellos, no me imagino no tener perros. La gente me pregunta si no me parece que es tiempo de dejar, que me podría ir a vivir a un departamento... pero están todos locos  ¡no, lo dejaré!. Tengo una persona maravillosa que está trabajando conmigo, pero se va a las cinco y tengo que seguir haciendo todo yo, como también los fines de semana o los feriados, pero hago todo con mucho gusto. Tengo a Adriana Griecco que es mi socia inseparable, que ama a los perros como yo y lleva los libros de las estadísticas de lechigadas, estadísticas de lo que ganaron los perros, todo lo que tiene que ver con el servicio sanitario del criadero y me ayuda a estudiar los pedigríes para futuras lechigadas. Estoy super agradecida con Adriana porque ella también hace posible que yo siga con todo esto, que es mi vida

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