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ENTREVISTA CON ADRIAN LANDARTE

EL GRAN PILAR INSTITUCIONAL

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Adrián Omar Landarte Froche

El gran pilar institucional

Adrián Omar Landarte Froche, nació en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Se destaca en el mundo por su actividad Cinológica en la que es un reconocido Juez All Rounder de la FCI.   Además ocupa actualmente los cargos de Presidente del Kennel Club Uruguayo, Vice-presidente de las Américas & Caribe, es Miembro de la Comisión de Exposiciones de la FCI y Presidente de la Comisión de Jueces de la FCI.

 

Por: Alejandro Murzone
Foto: Valentina Nallem

 

¿Cuándo te involucrás para trabajar en el KCU?
En el año 1986 entré en la comisión de exposiciones del Kennel Club Uruguayo, junto a Jorge Nallem, con quien tenemos el criadero El Retorno, Isidro Sole, y algunos compañeros más. Después en 1989 aproximadamente, Jorge entró como Vocal en la Comisión Directiva e inmediatamente los dos empezamos a estudiar para ser jueces de razas en el Kennel Club Uruguayo. Por aquel entonces las clases las dictaban el Dr. Rafael Fosalba (Médico Veterinario, Ex Docente de Caninotecnia de la Cátedra de Pequeños Animales de la Facultad de Veterinaria, Ex asesor de Unidades Militares, Juez Internacional de Estructura del Kennel Club Uruguayo, Sociedad Uruguaya de Criadores de Ovejeros Alemanes y Confederación Latinoamericana del Pastor Alemán.) y el Cnel. Carlos Gamarra que fue Juez de todas las razas y presidente del KCU.

¿Qué te cambió el curso de cinología?
Todo. Creo que para todo el mundo hay un antes y un después de hacer el curso de cinología, vayas a hacer la carrera de juez o no. Todo criador o persona que guste de los perros debe hacerlo, porque se aprende mucho. La cinología estudia todo lo referente a los perros, tanto su genética, su morfología y anatomía, así como su psicología. Se aprende de movimiento, de estructura y tipos de cabeza, son conceptos precisos de cómo tiene que ser un buen perro para estar bien construido.
Se puede tener éxito como criador, pero al estudiar cinología te das cuenta que tus conceptos cambian y empiezas a comprender el porqué un buen juez hace determinadas cosas cuando examina. Cuando hacés el curso de cinología madurás, crecés, ves todo de manera diferente, aprendés muchas cosas importantes de los perros; hasta podés juzgar a un perro callejero y ver claramente si se mueve bien o con dificultad, según cómo está construido.

El conocimiento es un gran motor para crecer
El conocimiento hace que puedas buscar y encontrar con más claridad la perfección de un perro de raza, ideal y saludable. Por eso me parece que es importantísimo, cuando empiezas, escuchar a los criadores que tienen más trayectoria, que más han estudiado y experimentado sobre la raza. Comunicarte y preguntar tus dudas, tanto a criadores de trayectoria como a jueces es muy valioso y enriquecedor. Eso hace que al principio no cometas grandes errores.
Yo me sentaba al costado de la pista con jueces para que me enseñaran, incluso actualmente, que llevo 30 años siendo juez, me gusta sentarme con determinados jueces que admiro y respeto, para preguntarles el por qué tomaron ciertas decisiones y discutir algunos criterios; y aunque a veces no coincido con algunas cosas, se genera un ida y vuelta del conocimiento y siempre deja un aprendizaje. En esto nunca se deja de aprender, todo el tiempo vas madurando.

¿Cuándo te eligen presidente del KCU por primera vez?
Fue en el año 2001, yo tenia 37 años, era muy joven. En el año 2002 tuvimos la responsabilidad de organizar SICALAM. En este encuentro se realizan congresos en los que se tratan las problemáticas de los distintos países y se buscan soluciones en conjunto, además de unificar criterios para la organización de exposiciones y demás... Pero yo ya venia de trabajar 10 años en la comisión de exposiciones, con un gran equipo de gente que trabajaba con mucha nobleza, donando su tiempo sin medir horarios, que continuamente hizo que todo fuera posible y cada vez mejor. Veníamos de las presidencias de Jorge Nallem, quien había institucionalizado la exposición internacional Aniversario del KCU y también recuperó organizar exposiciones en Punta Del Este. Habitualmente se realizaban en el Club de Polo o en el Country Club de esta ciudad, pero después se dejaron de hacer y retomar era todo un desafío.
En un rapto de inspiración Jorge dijo: ¿por qué no hacerlas en el Hotel Conrad? Era impensado, para esos tiempos, hacer una exposición en pleno auge del Conrad. Nos contactamos con Mauricio Steiner, quien siempre fue un gran colaborador del Kennel y además, por su profesión, manejaba medios de comunicación y relaciones públicas, así que se lo planteamos y nos respondió ¿por qué no?. Fuimos al hotel, nos presentamos y planteamos la idea, llevamos fotos de las Exposiciones Aniversario en LATU y de otras importantes internacionales, con la idea de convencerlos. Al principio nos dijeron que no, pero después vino la propuesta por parte del Gerente del casino, que le gustaban mucho los perros y nos dijo: “Probemos a ver qué pasa”,
El hotel les regalaba entradas a la gente que iba al casino y resultó un evento muy atractivo y exitoso, así que de ahí en más se continúo como circuito. Lamentablemente, con el tiempo, ese espacio nos quedo muy chico, sobre todo la parte de campamentos para expositores,  por ese motivo hace unos años tuvimos que mudarnos al Centro de Convenciones de Punta del Este.
Aunque este es un año muy difícil para la región, no nos podemos quejar, para nosotros ha mejorado un poquito y el Club va creciendo en algunos aspectos, se va profesionalizando todo cada vez más y la responsabilidad que requiere es cada vez mayor. Pero con los años fuimos adquiriendo mucha experiencia en todo y el equipo funciona, entonces el Kennel está pasando por un muy buen momento.

¿Cuál fue la exposición más difícil de organizar?
Una de las exposiciones más importantes que tuvimos que organizar en el KCU fue  “Las Américas & Caribe Montevideo 2007” porque requirió una logística muy grande, usamos 4 pabellones del LATU de Montevideo, con 11 pistas y  más de 1200 perros participantes y con una importante cantidad de jueces de mucho renombre. Creo que fue una muestra interesante donde demostramos la capacidad organizativa de todo el equipo del Kennel Club Uruguayo, del cual me siento muy orgulloso y agradezco a todos mis compañeros.

La gente en Uruguay ¿toma conciencia de la importancia de una cinofilia organizada?
Sí, es un trabajo difícil para los clubes el de informar y educar, porque a veces los cambios no son bien tomados al principio. Acá tenemos como obligatorio el tatuaje para la identificación, desde siempre. Hace 10 años que implementamos la colocación de microchips y tenemos alrededor de 20 razas con la exigencia de tener placas de displasia para poder procrear.
Todo ese tipo de controles se hace para evitar sufrir las consecuencias de enfermedades sorpresivas que hacen sufrir al animal y al nuevo propietario. A medida que vamos sumando una mayor cantidad de controles tenemos que acompañarlos con información, porque no todo el mundo entiende que esto se hace para mejorar, por eso es importante la educación del criador y la selección de cada criador, porque lo que intentamos es que un Kennel Club sea una asociación de criadores responsables con el objetivo de criar para el mejoramiento de las razas caninas en forma saludable, no queremos fabricantes de perros que crían sin que les importe nada, sin controles, haciendo desastres con las consanguinidades y descuidando la salud de los animales.
Da la sensación que con el tiempo muchas cosas se fueron desvirtuando y se extraña a los viejos criadores que estudiaban obsesivamente a los animales y ponían todo para cuidarlos. Ellos fueron famosos referentes y ejemplo para los nuevos y eso hacía una sociedad mejor.

¿Se podría decir que todo empeoró?
El mundo va cambiando y todo tiene influencias de las nuevas tecnologías, como internet y las redes sociales que te da la oportunidad de conectarte con criadores al instante, saber dónde están los mejores perros, obtener información mucho más rápido, pero también genera confusión y le da la oportunidad a muchos de confundir las cosas, de ser falsos exitistas. También existe el problema de los comentarios en las redes sociales que en general son totalmente destructivos, muchas veces falsos y aparecen personas que tienen ausencia de autocrítica, que nunca asumen que su perro perdió en una pista porque simplemente no merecía ganar, les resulta mas fácil pensar que hay alguna otra razón oculta, ya sea culpando al juez o el amigo del juez o la excusa que más le convenga, y toda esta disconformidad la expresan en las redes impunemente, sin preocuparse por comprender si su perro es lo suficientemente bueno.
La gente primero debe saber lo que tiene, no todo el mundo participa en las exposiciones para ganar, algunos vienen a aprender y a relacionarse porque les interesa mejorar y hacer las cosas bien, pero es feo ver a gente que viene a ganar mal, de cualquier manera.

¿Cómo llegaste a involucrarte en las comisiones internacionales?
Para mí ser vicepresidente de las Américas & Caribe, es un orgullo y un honor. Obviamente me eligieron en una de sus asambleas, los representantes de los países que conforman la sección. Este es un cargo político, es un cargo que requiere gran responsabilidad y sin duda es muy importante. También estoy orgulloso y muy honrado de haber sido Vicepresidente de la Comisión de Jueces de la FCI. Hace unos años los jueces delegados de cada país me votaron como Presidente de la Comisión de Jueces, esto me sorprendió y me enorgullece infinitamente, porque el 95% de los Delegados Electores pertenecen a Europa y para mí es muy especial haber sido designado.
Uno de mis máximos deseos era que entraran más delegados latinoamericanos a la Comisión de Jueces y creo que lo hemos logrado, porque ya tenemos delegados de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Puerto Rico y ahora vamos a tener un delegado de Perú. Esto es muy importante porque la FCI es una organización mundial y está compuesta por tres secciones muy diferentes: una es la sección Europa, otra es Asia y Pacifico y por ultimo las Américas y el Caribe. Si bien estas dos últimas tienen ciertas similitudes en cuanto a las exposiciones, la gran mayoría de los registros de la FCI pertenecen a Europa y siempre los reglamentos, no solamente de jueces sino generales, fueron dictados por europeos para la Comunidad Europea.
Nosotros también necesitamos que en una organización mundial haya reglamentos que se adecuen a nuestras realidades de Latinoamérica. No es lo mismo una exposición en Brasil, un país que organiza aproximadamente 500 exposiciones al año distribuidas en distintas ciudades, comparativamente con Finlandia donde una sola exposición puede concentrar 7.000 perros. En Argentina o Uruguay, cuando se realizan exposiciones en el interior del país, muchas veces apenas se supera la cantidad de 120 perros. Entonces no es lo mismo tener un solo reglamento para estas situaciones tan diversas.
Tampoco es igual la formación de un juez que vive en Europa, donde tienen exposiciones todos los fines de semana en todos los países y donde en un show solamente una raza puede presentar 100 perros, a la de los  jueces en Latinoamérica o Asia donde la cantidad total de ejemplares de una exposición puede ser de 150 perros. Es por este motivo que nosotros necesitamos más jueces All Rounder que ellos, aunque esto no significa que tengan que ser menos educados o que tengan que saber menos. Por eso, en los últimos años, la comisión de jueces trabajó para que se fueran adaptando algunos reglamentos.
Yo particularmente me siento muy agradecido con los representantes de Europa, porque cuando nosotros les transmitimos nuestros problemas, ellos lo entendieron y fueron aprobando, no sería posible hacerlo sin el apoyo de Europa. Nosotros, en la comisión de jueces, hacemos este tipo de cambios, pero no somos quienes decidimos porque estas propuestas se elevan al comité general de la FCI, donde verdaderamente ellos lo aprueban y lo legislan.
Otro objetivo que logramos es la organización de los Congresos de Jueces Mundiales, que en Latinoamérica ya lo teníamos y era necesario que la FCI lo tuviera, así que en 2019, en Acapulco,  logramos con mucho éxito tener el segundo Congreso Mundial. El primero se realizó hace dos años en Ucrania.
Estamos además realizando nuevos manuales educativos actualizados para el curso de Cinología y pidiendo a cada país que haga un curso específico de su raza de origen, por ejemplo que la raza Dogo Argentino tenga su curso dictado por Argentina y sea publicado en los distintos idiomas requeridos por la FCI en su pagina web y que todos los jueces de la FCI aprendan de ese curso.
Queremos que quien haga el curso de Cimarrón Uruguayo, tenga la educación realizada en Uruguay. Si alguien por ejemplo en la India va a ser juez de Cimarrón, que haya sido educado por el responsable de la raza. La idea es unificar criterios para todos los jueces del mundo.
Son cosas importantes que poco a poco se van haciendo desde la comisión de Jueces de la FCI

¿Antes de finalizar queremos que nos cuentes cómo llegan los perros a tu vida?
Desde que tengo memoria, siempre hubo perros en mi vida. Tanto mi padre, como mi madre y mis abuelos por parte de papá que eran quinteros, gente de granjas, eran muy perreros. Siempre hubo mestizos y pointers, porque tanto a mi abuelo como a mi papá y a mi tío, les gustaba ir a cazar.
Tanto mi padre como mi abuelo materno eran personas que venían de familias humildes, pero los dos tenian mucha visión y energía, pero sobre todo muchas ganas de salir adelante. Mi padre estudió carpintería en la escuela industrial mientras trabajaba en un taller que trabajaba la madera; con el correr del tiempo consiguió tener una de las Carpinterías más importante del país. Mi abuelo empezó como picapedrero en una cantera, término siendo su dueño. Los dos son un ejemplo. Mi padre era obsesivo con el trabajo y muchas veces cuando miro para atrás recuerdo que no estaba con la familia, pero estaba creando algo que era para todos nosotros y nos estaba dando un ejemplo de responsabilidad.
Me han contado que cuando yo empecé a caminar, lo hice agarrado de un pointer de mi abuelo. Ya de más grande, siempre juntaba perros en la calle y tenía la suerte que mis padres me los permitían conservar. En un momento mi padre tenía pointers y le llegó una perra en tenencia de un criador de la raza, esa perra tuvo cachorros, entonces fuimos a una exposición de Pointers a competir por mejor cabeza. A partir de ese momento quedé muy impactado con todo lo que tiene que ver con los shows caninos, quería involucrarme cada vez más y formar parte de todo eso. En uno de los viajes que hice con mis abuelos maternos a España, tuve la oportunidad de comprarle un Setter a Norman Huidobro y ahí es como que empiezo en serio con la crianza y las exposiciones caninas

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